Los dioses olímpicos durmientes en un sueño de olvido.
Y yo esperándote siempre, aunque estés a mi lado, te sigo esperando.
Te quiero y eres mi mayor deseo en las tarde frías y los callejones oscuros.
Eres mi mayor anhelo en el sol del mediodía, eres mi deseo.
Y yo como mortal ansio beber del frenesí que me da la posibilidad de amarte, y es por esto mi dios azteca que te rocío azucenas
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