Corrió por los empedrados callejones, el aliento escapando de los pulmones. Las sombras de la noche bailaban al son de los gritos de los soldados mientras se aferraba a su medallón.
Cerro los ojos mientras se escondía entre las sombras, uno, dos, tres soldados pasaron gritando a su lado sin darse cuenta de su presencia
- Atrapen a la bruja
No entendía porque podía fundirse con la madre tierra, que había en especial en la maldición que poseía su ser, con 12 años los pensamientos bailaban en su mente sin parar. Había visto como mataban a su madre y como la golpeaban, ahí fue cuando todo el odio exploto y los privo a todos del aire en sus pulmones, el como hacerlo fue un misterio, sus manos se movieron y habló en una voz antigua, olvidada hace muchos años, el aire estaba en sus manos mientras veía a los soldados de un color morado, caer uno a uno.
- Es peligrosa. Mato a 10 soldados
Había visto tanta maldad en el reino, su madre siempre la protegio, de todo peligro, incluso de cuando quisieron tocarla. de aquellos ojos impregnados en lujuria, que por un minuto quiso arrancar con sus dedos, pues le provocaban nauseas.
Tanto dolor, quería hacer desaparecer todo. Su ser más amado habia sido, sido....
No pudo seguir por un sollozo se le escapo por la garganta
Algo extraño opaco su pecho, una presencia cercana, sentía como si la conociera.
- Ven... - una voz masculina hablo en su mente.
Por extraño que parezca, la confianza la inundó, camino saliendo de los margenes del pueblo hacia el bosque.
- ¿Qué quieres de mi? - le pregunto al extraño que estaba de pie al lado de un árbol
- Vengo a buscarte Lilth... - le respondió con mirada serena
Él sabia su nombre, y parecía que sabía mucho más de ella, de lo que ella misma sabía.
- ¿Puedo pedirte un favor antes?
Él la miro extrañado y asintió, mientras la jovencita se acercaba a él, tomando su túnica y apretándola entre sus manos, apoyo su cabeza en su pecho y en silencio lloró...
Mis palabras quedan en el viento, no se van. Son libres...y flotan en medio de esa libertad que les da las olas del profundo mar, cofre de esperanzas enredadas en la condimentada sal de la inspiración.
martes, 13 de diciembre de 2011
viernes, 7 de octubre de 2011
El sol de sus ojos
Entre las pestañas delgadas que surcan mi mirar, siento la brisa mientras camino por el callejon en una parte de la ciudad.
Huele a melancolia, una niña, digo niña aunque es de mi edad, cruza a mi lado.
No volverá hacia atrás por el camino que dejó, yo mientras tanto meto las manos a mis bolsillos ásperos y doy una mirada al cielo, sí...huele a melancolia.
¿Por qué no?
no lo sé, como tampoco sé, porque sí.
Sólo soy un hombre de 23 años que camina y se siente convaleciente ante las miles de vidas que corren a su lado, que hubiera pasado si a esa niña la hubiera abrazado, pues por su expresión se ve que guarda un profundo dolor, que hubiera pasado si me hubiera declarado a Lily cuando estaba en el colegio.
Tantas posibilidades barajándose, escucho el rebote de mis pasos por las paredes del solitario lugar.
Me siento enfermo y sobretodo, triste.
Claro que no es una buena combinación. Parece que las sombras burlonas se ríen de mi, a mi espalda el atardecer cada vez más rápido, aparta el calor de una tarde de universidad ruidosa.
Me espera una pieza desordenada, una madre ausente y deprimida, un padre que no existió.
Hago una mueca de soslayo.
Cuanto deseo que esta enfermedad acabe, necesito esa mirada con la que he soñado, una que me lleve por unos minutos al paraíso que necesitan mis emociones.
¿Donde esta mi salvación?
Donde está el brillo de sus pupilas, donde se encuentra esa simple mujer que deseo con toda el alma.
Si tan sólo una de las vidas que pasan por mi lado se detuviera y me la mostrara...dejaría de morir.
Huele a melancolia, una niña, digo niña aunque es de mi edad, cruza a mi lado.
No volverá hacia atrás por el camino que dejó, yo mientras tanto meto las manos a mis bolsillos ásperos y doy una mirada al cielo, sí...huele a melancolia.
¿Por qué no?
no lo sé, como tampoco sé, porque sí.
Sólo soy un hombre de 23 años que camina y se siente convaleciente ante las miles de vidas que corren a su lado, que hubiera pasado si a esa niña la hubiera abrazado, pues por su expresión se ve que guarda un profundo dolor, que hubiera pasado si me hubiera declarado a Lily cuando estaba en el colegio.
Tantas posibilidades barajándose, escucho el rebote de mis pasos por las paredes del solitario lugar.
Me siento enfermo y sobretodo, triste.
Claro que no es una buena combinación. Parece que las sombras burlonas se ríen de mi, a mi espalda el atardecer cada vez más rápido, aparta el calor de una tarde de universidad ruidosa.
Me espera una pieza desordenada, una madre ausente y deprimida, un padre que no existió.
Hago una mueca de soslayo.
Cuanto deseo que esta enfermedad acabe, necesito esa mirada con la que he soñado, una que me lleve por unos minutos al paraíso que necesitan mis emociones.
¿Donde esta mi salvación?
Donde está el brillo de sus pupilas, donde se encuentra esa simple mujer que deseo con toda el alma.
Si tan sólo una de las vidas que pasan por mi lado se detuviera y me la mostrara...dejaría de morir.
jueves, 17 de febrero de 2011
Delirio
Los dioses olímpicos durmientes en un sueño de olvido.
Y yo esperándote siempre, aunque estés a mi lado, te sigo esperando.
Te quiero y eres mi mayor deseo en las tarde frías y los callejones oscuros.
Eres mi mayor anhelo en el sol del mediodía, eres mi deseo.
Y yo como mortal ansio beber del frenesí que me da la posibilidad de amarte, y es por esto mi dios azteca que te rocío azucenas
domingo, 13 de febrero de 2011
Madre...extraño a Padre
No se porque cuando escucho un tango y menciono: "Papá", se acumulan lágrimas en mis mejillas.
Como si mi ser se dividiera, y así la niña empieza a llorar porque extraña a su Papá.
Mamá, ¿porqué me aferre tanto a papá cuando te fuiste?, ¿porque pensé que papa no se iría y me aferre tanto a él?, y nuevamente se fue...
Mamá también te extraño, pero.¿ porque me duele así?,¿ puedes decirme?
aunque mire el reflejo en el vidrio que me devuelve lágrimas, las luces de la ciudad sólo parpadean fríamente, esos ojos que me miran son los de una mujer.
Ella sonríe tristemente y escucha los recuerdos en su mente guardándolos con mucha ternura, y las lágrimas siguen escapando.
Mamá otra vez me acurruco en tus piernas mientras me acaricias el cabello, es entonces cuando despierto.
Es muy triste sentirse así, como una niña encerrada en un cuerpo de mujer, que llora se limpia los ojos y retiene las lagrimas por que hay que seguir, sabe que le falta llorar y se sacude la faldita y sigue.
Dime mamá, ¿lo hago bien?.
Te quiero, y estas en el centro de mi corazón junto a Papá.
Pero no puedo evitarlo mamá...extraño a papá.
Como si mi ser se dividiera, y así la niña empieza a llorar porque extraña a su Papá.
Mamá, ¿porqué me aferre tanto a papá cuando te fuiste?, ¿porque pensé que papa no se iría y me aferre tanto a él?, y nuevamente se fue...
Mamá también te extraño, pero.¿ porque me duele así?,¿ puedes decirme?
aunque mire el reflejo en el vidrio que me devuelve lágrimas, las luces de la ciudad sólo parpadean fríamente, esos ojos que me miran son los de una mujer.
Ella sonríe tristemente y escucha los recuerdos en su mente guardándolos con mucha ternura, y las lágrimas siguen escapando.
Mamá otra vez me acurruco en tus piernas mientras me acaricias el cabello, es entonces cuando despierto.
Es muy triste sentirse así, como una niña encerrada en un cuerpo de mujer, que llora se limpia los ojos y retiene las lagrimas por que hay que seguir, sabe que le falta llorar y se sacude la faldita y sigue.
Dime mamá, ¿lo hago bien?.
Te quiero, y estas en el centro de mi corazón junto a Papá.
Pero no puedo evitarlo mamá...extraño a papá.
lunes, 7 de febrero de 2011
Charqui
Charqui cruzó las puertas enrejadas mientras era dueño del parque, correteó algunas palomas, marcó pulcramente su territorio y olio otros perros. Levantó su hocico manchado hacia la Alameda y supo que pronto estarían esas cosas cuadradas verdes que lanzaban agua, así que podría mojarse un poco y jugaría con los que corrían.
Observó a su compañero de dos patas y con poco pelo para su gusto, estaba sentado en la escalera de esa cueva con ruidos extraños y metálicos.
“Vamos charqui” Movió la cola a gusto y camino a su lado.
jueves, 27 de enero de 2011
Enconder
Si no estubiera asi de acongojado mi corazón, no te escribiría.
A veces, hombre, no te entiendo....
Te canto y siento como mi cuerpo se hunde en esta oscuridad de soledad, mientras repliego las manos que tengo para alcanzarte.
Eres de una manera aterradoramente envidiable...tan amable.
Y yo siento como tus palabras me hieren con caricias, no puedo respirar...
Me hundo, ¿acaso no puedes sentirlo?.
Me hundo en esta oscuridad, y te canto, aferrándome y tú, honesto, sabes que también puedes hacerte mucho daño.
Temes, te escondes...
A veces, hombre, no te entiendo....
Te canto y siento como mi cuerpo se hunde en esta oscuridad de soledad, mientras repliego las manos que tengo para alcanzarte.
Eres de una manera aterradoramente envidiable...tan amable.
Y yo siento como tus palabras me hieren con caricias, no puedo respirar...
Me hundo, ¿acaso no puedes sentirlo?.
Me hundo en esta oscuridad, y te canto, aferrándome y tú, honesto, sabes que también puedes hacerte mucho daño.
Temes, te escondes...
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