Mis palabras quedan en el viento, no se van. Son libres...y flotan en medio de esa libertad que les da las olas del profundo mar, cofre de esperanzas enredadas en la condimentada sal de la inspiración.
miércoles, 24 de octubre de 2007
Al son de las guitarras
Observó los oscuros ojos de la bailaora y se estremecio al ver las llamas de la hoguera en su vestido de muchos vuelos.
Razgó las cuerdas de la guitarra tomandola firmemente desde el delineado surco de la cintura y se dispuso a cantar.
Le hubiera gustado que su brazo reposara en la curva de la cintura de aquella mujer, pero su danza era en solitario.
Cuando sus femeninos brazos se movieron para dar el comienzo al compas, ella levanto su mentón hacia el cielo estrellado y taconeo en el piso haciendo que las mismas brasas del fuego se despertaran con su energía.
Las manos se movieron con los abanicos y ella giro graciosamente mientras el vestido cobraba su vida de manera efímera.
las caderas se contornearon, mientras el musico relataba la historia de un viajero de Andalucía.
Rosas por el camino y rosas enredadas en los cabellos de la mujer de sus caminos...
Deseaba encender la pasión con una mujer que lo deleitara, besar aquellos labios, estrujando granadas.
El músico no queria que ella dejara de danzar, y de mirarlo a él....
Continuará
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