Si no estubiera asi de acongojado mi corazón, no te escribiría.
A veces, hombre, no te entiendo....
Te canto y siento como mi cuerpo se hunde en esta oscuridad de soledad, mientras repliego las manos que tengo para alcanzarte.
Eres de una manera aterradoramente envidiable...tan amable.
Y yo siento como tus palabras me hieren con caricias, no puedo respirar...
Me hundo, ¿acaso no puedes sentirlo?.
Me hundo en esta oscuridad, y te canto, aferrándome y tú, honesto, sabes que también puedes hacerte mucho daño.
Temes, te escondes...