viernes, 23 de marzo de 2007

Misere

Asi que escuhe el burbujeante sonido del parlante traducido en mis oidos, y a mis hombros acudio el hielo del resquiebro.

Varios murmullos se alzaban unos contradiciendo, otros maldiciendo, y algunos alabando.

Esto era la pesadumbre.

Un abandono a la tranquilidad y la relativa calma que era preso mis pulmones de género.

Entonces de nuevo volvía a mirar sin mirar, porque todo parecia no tener un significado, aunque el significante hacia muecas frente a amis ojos.
Y esa asi, porque estaba paralizada ante el abismo enque estaban mis emociones, como si se catapultara los temblores a lo más cercano que podría estar: yo aquí.

El estómago era cortado en trozos y una daga hacia mapas en mi pecho, trazando las regiones sacudidas en medio de las tormentas que ese dia eran presas.

Asi que necesitaba, si era necesidad.Necesidad bañada de mi sangre congelada, con ristales, con niebla y frío.

Escalofrío.

En los brazos moreteados.

En la misecordia que necesitaba para salir del infierno que estaba arrastrandose y trepando.

dame esa misericordia.

tu propia Misericordia.

domingo, 4 de marzo de 2007

Tejerme a mano de inocencias


-
Dime porque recortas esa imagen – pidió el hombre mirando a la joven


- Tu estas herido


- No es cierto


Ella era extraña, no sabía como había llegado a aquel lugar, pero ella lo llamaba sin proponérselo.

- Todos están muertos – susurro tomando las tijeras de carbón.


No había más que la tierra agrietada bajo sus muslos y la ropa en jirones, el hombre seguía observando sus maniobras. Y ella se sentía contenta por ello, contenta por la atención recibida. Sabiendo que lo que recortaba era a si misma.







Colores y oscuridades, una especie de cuadro donde su imagen, se quedaba de lado.Ella cerró complacida los ojos mientras sentía como él se arrodillaba tomando sus manos entre las suyas.


- cuéntame un cuento, extraño... – le pidió la joven dejando que el la dejara recortar


- aún no puedo, pero lo haré. Jovencita: ¿ pregunta? – le susurro, sabiendo de antemano la pregunta pero ya preparando las trágicas palabras.


Dejó que sus oscuros ropajes envolvieran aquel delgado cuerpo femenino


- ¿Cómo se olvida? – dijo pegando en un trozo de madera todos los trozos de recortes.


- Difícil pregunta, siempre se quiere olvidar..el humo de la desesperanza, el desamor, la amargura, el temor. Emociones sentimientos asentados no sólo en la mente, sino en el ser frágil que nos compone, en el ser que somos.


- Sigue extraño... – le pidió con cansancio


- Nuestro fin es conocer, con ello llegar a la felicidad y a la llamada perfección. Pero sin memoria, todo se descascara.


- ¿Me harías mi memoria?


- Jovencita la tienes


- Pero no puedo tener cara feliz, los demás no quieren recortar conmigo, esta es mi imagen en trozos, ¿lo ves? – preguntó ansiosa tomando las grandes manos del hombre



- Si la veo, esa eres tu.


- Gracias viajero, entonces me dirás si estoy muerta...

- Será hasta que termines ese rompecabezas.

- Entonces seguiré recortando, lindos colores. – canto acurrucándose en el hombro del extraño con confianza.

El hombre siguió a su lado por lo menos hasta que terminara de recortar, pero no quería. Ella era extraña, y el lo era más por quedarse a contemplarla.

LA imagen se formaba y sabía que a poco estaría en ella. Pero podía evitarlo. Esos recortes se parecían a su perdida inocencia.

Isis & Osiris

Isis & Osiris
Luna y noche por siempre